Me permito soñar en las calidas
nieves de tu espalda ávida de socorros
me atrevo a navegar en el puerto abultado
ese que reclama mi llegada en el vaivén de la noche
Me permito soñar en el vientre casi madre
en el río poblado de árboles dulces
en la piedra del medio
en el faro
Me permito soñar en la sirena
que canta su melodía bitonal
en la árida garganta y la voz marchita
en el índice bebido
en el acelerado reloj
y el maldito celular inoportuno
Sueño con baños amantes
con pasos delatores que no me intimidan
con rodillas rojas
y diez surcos que atraviesan mi espalda
Me despierto convulsionando a sorbos
con ese viscoso aroma en mi boca quejumbrosa
con los ojos extraviados
y el corazón cual traidor iracundo
frenando en cada centímetro cúbico de aroma
Me despierto con tu sabor a pizca
balbuceando tu nombre de dos letras
me hago conciente de tu espesura
y me permito soñar
nieves de tu espalda ávida de socorros
me atrevo a navegar en el puerto abultado
ese que reclama mi llegada en el vaivén de la noche
Me permito soñar en el vientre casi madre
en el río poblado de árboles dulces
en la piedra del medio
en el faro
Me permito soñar en la sirena
que canta su melodía bitonal
en la árida garganta y la voz marchita
en el índice bebido
en el acelerado reloj
y el maldito celular inoportuno
Sueño con baños amantes
con pasos delatores que no me intimidan
con rodillas rojas
y diez surcos que atraviesan mi espalda
Me despierto convulsionando a sorbos
con ese viscoso aroma en mi boca quejumbrosa
con los ojos extraviados
y el corazón cual traidor iracundo
frenando en cada centímetro cúbico de aroma
Me despierto con tu sabor a pizca
balbuceando tu nombre de dos letras
me hago conciente de tu espesura
y me permito soñar