Se quitó el delantal, lo tiró en la mesa, recogió el libro rojo, “Breve selección de microrrelatos de América Latina”, y salió a la calle sin volver la vista. El gringo leyó cada palabra del título del libro que estuvo sobre la mesa con su corto dominio del español y no pudo evitar el sabor a bilis cuando lo sorprendió la palabra breve. Había intentado hacerle el amor a la joven morena que recién se empleaba en su casa. Aquella tarde sacó su pene para mostrárselo a la hermosa muchacha sin evitar eyacular antes de cualquier contacto, rompiendo su propia marca de velocidad. El televisor a medio volumen mostraba a la selección de su país perdiendo tres a cero con México. El comentarista narraba pequeñas historias de los grandes iconos del futbol, mientras el gringo secaba sus manos en el delantal de América, la latina.
jueves, octubre 06, 2011
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