Escuela Literaria del Sur

La ELS ofrece una oportunidad para aprender el oficio de escribir sin las barreras de tiempo o coste que imponen las escuelas tradicionales.

Semanario La Vanguardia

Un espacio para el pensamiento agudo y las voces urgentes.

Libro Subito

Lea lo mejor del cuento breve contemporaneo.

domingo, junio 13, 2010

Aunque tus besos sin equipajes escriban cartas al olvido

a Alfonsina Piña


En esta lengua promiscua-ecléctica
este desgano desgastado a besos
en estos ojos violentos
esta armadura desarmada a los pies de rocinante
en tu reforzada alegría compulsiva
de piel desnuda acarbonada
de sonrisas estimuladas
ojos asiáticos y comunistas
en este papel ajeno
en este poema que enseñó los dientes
en esta vara gris de exagerada curva
viaducto para las opacas voces
entrañable prosélito del ciclope dormido
te encontré desnuda
en el pico más bajo del mundo te supe dormida
vuelta ninfa entre amasijos de papel
entre verdes negras y rojas tintas
coloreando olas y soles en tardes de párvula madre
carajita de voz ponzoñosa efervescente
aunque tus besos sin equipajes
escriban cartas al olvido
los duendes de tu cuarto harán tratos
con los míos para sacar un par de trapos de tu maleta
mientras llega el efímero no esperado no deseado
a concluir la primera parte de esta obra

Tostadas al viento

a mi vieja Juana, Flor e Isabel


La memoria se regodea
la abuela cuela el café y sonríe
me brinda de su tinaja
comemos tajadas de locho verde
se ríe y escupe mundos de colores
se transforma en jardín y me embriaga
con toronjas a la leña
mi abuela es un árbol de mamón
al que pensé nunca se le quebrarían las ramas
una abuela es un cuerpo remojado
que tendido al sol no pierde los surcos
su majarete de blanco pecoso
nunca supo que a ella le tragó la mano
una mapanare nocturna
matando así a las muñecas de trapo
mi abuela es una trinidad de vientre y sangre
una dos tres espaldas dobladas al sol
en el eternal conuco de flores saldas
una dos tres mujeres tostadas al viento
tres sonrisas sin tiempo
consumidas entre adictos

Merecidas Maldiciones

Alzaron banderas blancas
mientras clavaban astas a nuestras espaldas
cantaron amores a la noche
y nos envenenaron con su luna
malditas sean las traiciones de los leales
malditas sean sus palabras inocentes
sus miradas esquivas
y la dicotomía de sus favores
alzaron manos al cielo
y nos patearon a escondidas
se cagaron irónicos en nuestras caras
y fueron a lavarse en casa ajena
por eso insisto en maldecir a los traidores
los que venden su casa por el patio impropio
los de doble ánimo
los tardíos
los que sin prisa arañan pies de plomo
y riegan margaritas en vez de claveles
a la muerte
los géminis
los enviados
los apostólicos romanos
los Kilpatrick
los colonizadores
los nuevos escribas del mercado
que cagan best seller a cada paso