Escuela Literaria del Sur

La ELS ofrece una oportunidad para aprender el oficio de escribir sin las barreras de tiempo o coste que imponen las escuelas tradicionales.

Semanario La Vanguardia

Un espacio para el pensamiento agudo y las voces urgentes.

Libro Subito

Lea lo mejor del cuento breve contemporaneo.

viernes, agosto 07, 2009

Nokia 6235


Aquel teléfono finlandés fabricado en Brasil

se desvanece

se fuga quién sabe a qué paraíso

y me deja desconectado

mudo y sin amigos

estoy conciente que no volveré a ver

la creación del hombre

se ausentará Miguel Angel por las mañanas

y tendré que volver a las aves mensajeras

al humo

o mejor aún al silencio

no resucitará

lo juro

jueves, julio 30, 2009

Indefiniciones


No sé quien impuso la idea de que el amor es cursi

no sé quien impuso la idea del amor

de hecho no sé que pensar de lo cursi

no voy a desearme en especulaciones

ni voy a intentar dar respuestas

me limitare a la contemplación

veré con cautela a los come flores

los que escriben de rosas que caen del cielo

y derraman lagrimas de alegría ante cada acróstico

me alejaré de ellos para evitar una pandemia

me ocultaré de sus poemas

celebraré quizás con los más bizarros

los que se desnudan sin dar lastima

los que afrontan sus simplezas

los que apuñalan con sus versos

y se niegan a mendigar

por las veredas turbias de la poesía barata

aún no se quien pensó en el amor como fragancia

como olor agridulce

y se bañó en imitación de perfume caro

para no dar indicios de sensatez

puede que el amor sea una teoría a medias

o un intento de afecto

puede que el amor no exista

o que no sea lo que creemos

quizás el amor sea un burdel

una plaza llena de pieles arrugadas

un homofóbico duende de carretera

la más grande de las abstracciones

algún cubismo sexual

la escueta deserción de la cautela

puede que el amor sea como aquel ataúd de Nicanor

con doble fondo
que le permite al cadáver asomarse a otro mundo

Poesía de golpe


De nuevo el vomito del perro se convierte

en desayuno para sus hijos muertos

vuelve el burgués entalcado

y perfumado de ironías

a golpear con mazo cavernario

las cines del proletario

alza la voz carajo

que aunque el fusil humea

tendrá que correr a la inversa

el lacayo del tirano

se esconderá de tus ojos

de tus manos aguerridas

alza la voz sin miedo

que aprendí junto a Nicolás Guillén

a no sentir pena por el burgués caído

pero no aprietes los dientes contra tu hermano

no cierres los ojos

resiste camarada, resiste

que este dolor servirá

para purgar miserias

para dignificar tu estirpe

podrán cortar la luz de tus cables

pero no podrán cortar la de tus manos

podrá silenciar tus radios

pero no podrán con tu ira

aunque el burgués golpee

se dormirá pronto su brazo

y lo devolverás a las sombras

junto al traidor de la patria

junto al soldado que negó su sangre

sangre de pueblo Maya

de resistencia ancestral

y se vendió a las pasiones imperiales

de burdos neocoloniales

Migraciones poéticas

a Rubén Cedeño y Mario Benedetti


¿A dónde fue, poeta, la noche?

seguramente huyó para no asustarte

para no desafiar tu maquina

errática y violada

para no afrontar las timidez

que arremete contra el silencio

y los abismos de luz

que emanan de tus ojos de papel

hoy no llegará la noche

devolveremos el reloj a marcar las seis

y volverán a cantar los gallos

para amanecer de nuevo

amanecer siempre

con las gallinas insomnes en el patio

mirando al viejo en el taller

¿A dónde se fue la noche camarada?

seguramente se embriagó en la esquina

y olvidó el camino a casa

nostálgica de ti

pensándote infiel

quizás por eso la noche se voló los sesos

con el fusil que estaba debajo de la almohada

ese fusil uruguayo

al otro lado del río

sola

iluminada

miércoles, julio 15, 2009

Las Caricaturas de Tovar


Eduardo Tovar ha sabido alcanzar con los años el arte de la pertinencia. Nuestras voces han encontrado, sino un lugar para residir, por lo menos, un lugar para hacer ecos. Mientras desde Honduras grita el pueblo en espera de ser oído, el camarada Tovar responde, desde tierras yaracuyanas, con similar saludo.

En estas imágenes puedo recordar las palabras del siempre comandante Ernesto Guevara "si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete un injusticia en el mundo, somos compañeros, que es lo mas importante". Y es que Tovar no solo tiembla de indignación, lleva el combate más allá de las páginas del diario y asume espacios alternos para alzar la voz y hacer, porqué no, otro Vietnam.

"Hay que llevar la Guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión, hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de los cuarteles, y aún dentro de los mismos; atacarlo dondequiera que se encuentre, hacerlo sentir una fiera acosada por dondequiera que transite. Entonces su moral irá decayendo. Se hará más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma."Ernesto "Che Guevara, "Dos, tres... muchos Vietnam es la consigna

Seguimos apostando al pueblo y a su soberanía. Las instituciones dan prorrogas, pero no sabemos a quien se la dan, sin embargo las voces siguen alzando banderas hasta ver sangrar los oídos sordos de la ONU y la OEA, escudados detrás de resoluciones ineficaces, se ven relegados por la intervención de los Estados Unidos, quienes, mas que proponer, imponen un “dialogo”.

Seguimos en lucha camaradas. Gracias al Maestro por estas caricaturas.









jueves, julio 09, 2009

La irreverencia, el humor negro y el escándalo me han traído hasta aquí

Conversación con el Poeta Jotamario Arbeláez
Por Gabriel Figueredo

El poeta Jotamario Arbeláez nació en Cali, Colombia, en 1940. Este poeta de la calle desertó de la educación formal antes de culminar el bachillerato. Años después recibirá un “Bachillerato Honoris Causa” Santa Librada College y además un Doctorado Honoris Causa por la universidad de Santiago de Cali.
Es cofundador de uno de los movimientos de mayor trascendencia en el continente y el más importante de su país: el movimiento nadaísta. Su extensa obra es una muestra del poeta mordaz, irónico, que como el mismo dice, se mofa hasta de sí. El profeta en su casa (1966) obtuvo el Premio Nacional de Poesía Oveja Negra y Golpe de Dados, con Mi reino por este mundo (1981). Además ha publicado: El libro rojo de rojas (1970), en colaboración con Elmo Valencia; la antología Doce poetas nadaístas de los últimos días (1986) y El espíritu erótico (1990), antología poética y pictórica realizada junto con Fernando Guinard.
Ganó el Premio Nacional de Poesía Colcultura con La casa de la memoria en 1995. En 1999 ganó el Premio de Poesía del Instituto Distrital de Cultura con El cuerpo de ella. De este libro se hizo una edición bilingüe en París. En 2003, Editorial Aguilar publicó Nada es para siempre. Antimemorias de un nadaísta. Es columnista del periódico El Tiempo. Es ganador de la II Edición del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, con su libro “Paños menores”

El poeta sonríe y hace muecas mientras va leyendo sus poemas en el salón repleto de asientos rojos de la Cinemateca de San Felipe. Desde el público me hago cómplice de sus memorias. Cuando finalizó el recital me acerqué al poeta que sonreía y saludaba cordial. ¿Como vas?, me dijo. Muy bien maestro, le respondí mientras nos dábamos un apretón de manos. Así que como pude lo saque del circulo que lo rodeaba para conversar brevemente con él.

Gabriel Figueredo.- Por estos lados es muy conocido el movimiento nadaísta, y es por demás divertido recrearnos en historias que no sabemos si sean o no ciertas. Pero más allá de la ironía, se ve con respeto y mucha seriedad el planteamiento de fondo que lleva en sí esta vertiente literaria ¿Se podría decir que el movimiento nadaísta apuntaba más allá del hecho de la escritura?
Jotamario Arbeláez.- Mira, el movimiento nadaísta, que fue fundado en el año 1958, casi pudiéramos decir que en la prehistoria, pues tenemos un año más que la Revolución Cubana, cinco años mas que las FARC y seis mas que los Rolling Stones, pues en realidad ha sido un fenómeno insólito dentro de las letras latinoamericanas. Tiene usted razón al manifestar que fuimos mas allá del concepto literario, casi podría decirse que el movimiento nadaísta fue más que un movimiento literario fue un movimiento social.
Por qué, porque lo asumimos jóvenes, mejor dicho éramos menores de edad de clase media baja y de provincia, no había una nadaísta de Bogotá, y nos propusimos deshipotecar el país de todas esas influencias clericales y académicas que lo tenía acogotado… crear una manifestación literaria, poética y artística en general a partir de los parámetros de la vanguardia, y naturalmente era vanguardia tardía, porque los movimientos de vanguardia europea habían surgido en los años 20, pero de todas maneras era necesario oxigenar el ambiente cultural de nuestra región mediante el escándalo, en realidad digamos que escándalo, la sorpresa, la irreverencia.
Muy pronto nos dimos a conocer siendo muy jóvenes y llegamos a representar el país con mas importancia en el exterior sobre todo en las revistas de vanguardia de México, como “El zorro emplumado”, de buenos aires la revista “Excontemporaneos”, y tuvimos, digamos, repercusiones en otros países con movimientos paralelos, como sucedió en Venezuela con el grupo “El techo de la ballena”, uno de cuyo representante principal es Juan Calzadilla el homenajeado d en el VI Festival Mundial de Poesía.
GF.- Se comentan muchas historias sobre ustedes. ¿Qué tan cierto es eso que se comenta por ahí que algunos de ustedes entraron a una iglesia y tomaron parte de la indumentaria, algo así como una copa y luego se fueron a beber el vino y las ostias de la iglesia en un parque cercano a ella?.
JA.- No, no… era 1960 creo, el asalto a misión, construida (la iglesia) por unos curas españoles en la catedral metropolitana de Medellín, hacia la cual, a la misa de gallos o sea la misa de media noche, asistieron algunos de los nadaístas, seis de ellos que venían de una fiesta. Estaban prácticamente, como decimos nosotros, “tronados”; y dicen ellos que sobre todo era para escuchar los coros de música gregoriana. Pero a uno de ellos se le ocurrió invitar a los demás a comulgar. Como venían pasados de pepas y nectalina, seguramente no tenían saliva en la lengua, entonces no les pasaron las ostias. Uno la guardó en el pañuelo de la novia, otro en la camisa, pero a uno se le cayó y para que la gente no viera la tapó con el piecito, entonces algún sapo se dio cuenta y grito sacrilegio. Los persiguieron pues como en la edad media por todas las calles hasta capturarlos. Los pusieron en la cárcel. Y a uno de ellos, que era el poeta Darío Lemos, treinta años después le dio gangrena en un pie, prácticamente se le cayó, se le pudrió la patíca. Yo le pregunte, poeta ¿fue con esa patíca que usted pisó la ostia? Y el me dijo, si hermano, pero debe ser coincidencia porque no creo que las ostias sean tan infecciosas.
GF.- Usted, y algunos de su generación, son considerados referencias obligatorias de la literatura colombiana por las nuevas generaciones ¿Cómo ha sido para ustedes mantenerse en el tiempo como movimiento, con la responsabilidad que implica el hecho de ser una referencia para todas las generaciones que les han sucedido?
JA.- Tienes toda la razón, en realidad como este movimiento se creó como un movimiento experimental de vanguardia, pues eso por lo general no dura en el tiempo, el mismo techo de la ballena de Venezuela duró unos tres o cuatro años, claro la perpetuación de su obra se ha mantenido, pero digamos como cohesión si no se mantuvo. En nuestro caso siendo que Gonzalo Arango el fundador, que era también el aglutinante, desapareció hace treinta y tres años, fíjate que el año pasado cumplimos 50 y en realidad, con una mirada restrocpectiva, uno ve que esto es como una especie de ilusión, es un absurdo haber permanecido y haber tenido una influencia tan grande dentro de la juventud. La juventud de todas maneras siempre se manifiesta, por lo menos intrigada, sobre como eran los parámetros del nadaismo y porqué nos hemos mantenido y yo creo que la razón no es que hayamos tenido, digamos, una posición política rigurosa, sino, por la irreverencia y el humor negro que nos caracterizó, que ha hecho que nos podamos burlar de todo, de la realidad inmediata, pero comenzando por burlarnos de nosotros mismos.

lunes, junio 29, 2009

COMUNICADO DE LA RED DE ESCRITORAS Y ESCRITORES POR EL ALBA

COMUNICADO DE LA RED DE ESCRITORAS Y ESCRITORES POR EL ALBA

CONDENAMOS EL BRUTAL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS

El domingo 28 de junio de 2009 marca un capítulo más dentro de las páginas oscuras de Nuestra América. El ejército hondureño, y las fuerzas políticas de la derecha, han dado un vergonzoso Golpe de Estado al gobierno democráticamente elegido de Manuel Zelaya. El hecho ocurrió en Tegucigalpa, cuando cuatro comandos de aproximadamente 200 soldados llegaron a la residencia del presidente hacia las 06:00 horas, tiempo local. El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue secuestrado y trasladado a Costa Rica por los militares. Mientras el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, se autodesignó como presidente interino de la Nación, hecho que es rechazado por los miles de hondureños que en las calles exigen el retorno del Presidente constitucionalmente electo.

En solidaridad con los miles de hermanos hondureños que han declarado su intención de mantenerse en la calle hasta que retorne el presidente Manuel Zelaya, que rechazan categóricamente la posición del Congreso y ratifican que no reconocerán a un presidente de facto, la red de escritoras y escritores por el ALBA nos declaramos en resistencia hasta que este retorno se logre.

Por lo tanto, no reconoceremos ningún otro gobierno hondureño que no sea el encabezado por el presidente Manuel Zelaya. Nos comprometemos a denunciar, a manifestarnos en las calles, en nuestros distintos medios escritos y electrónicos, y en todo momento, sobre este brutal golpe de estado, al igual que todas las acciones de represión que se desaten a partir de él. Condenamos entonces la ilegalidad e ilegitimidad de este Golpe de Estado y exigimos la restitución del gobierno democrático del presidente Manuel Zelaya.

Reconocemos la valentía de los pueblos nuestro americanos y enarbolamos sus voces que han sabido resistir en diferentes tiempos históricos. Alzamos la voz y la lucha de Allende, Sandino, el Che y de todas las mujeres y hombres que resistiendo nos han dado la fuerza y la razón para vencer. La construcción de la paz y la democracia, sólo puede darse sobre la base de la justicia y la solidaridad, y porque somos responsables de nuestro futuro lucharemos por un presente donde se respeten las decisiones que libremente hemos tomados los pueblos de Nuestra América.

Firman:

Iván Cruz Osorio (México), María Eugenia López (Argentina), Gladys Mendia (Venezuela-Chile), Benjamín Morales (México), Daniela Saidman (Venezuela), Horacio Cavallo (Uruguay), Isaac Morales Fernández (Venezuela), Rosa Chávez (Guatemala), Pablo Benítez (El Salvador), Norys Saavedra (Venezuela), Pablo Villarreal (Argentina), Juan Manuel Parada (Venezuela), Julia Erazo (Ecuador), Yuri Patiño (Venezuela), Augusto Rodríguez (Ecuador), José Javier Sánchez (Venezuela), Gabriel Figueredo (Venezuela), Inti Clark (Venezuela) Yanuva León (Venezuela) Katherine Castrillo (venezuela) Leonardo Cabrera (Uruguay) Germán Gana (Chile)


Simpatizantes de la red:

Saúl Ibargoyen (México-Uruguay), Ambar Past (México), Max Rojas (México), Gabriela Astorga (México), Luis Téllez-Tejeda (México), Santiago Robles Bonfil (México), Galo Ghigliotto (Chile), Daniela Moreno Urdaneta (Venezuela), Leonardo Delgado (Venezuela), Julio Valderrey (Venezuela), Jesús Ricardo Alustiza (Venezuela), Lenín Santiago Márquez (Venezuela), Omar Alfonso Requena (Venezuela), Javier Pérez (Venezuela), Usbaldo Volcán (Venezuela)




* Siguen llegando firmas de compas escritoras y escritores de América Latina...

miércoles, abril 01, 2009

Los ojos del troyano

Me lanzó una mirada frontal y comprendí, por alguna razón que no he llegado a dilucidar, que me estaba saludando. En el fondo me alegra que haya logrado reconocer mi rostro en medio de la multitud de sus cotidianidades.

Su cabello alborotado, típico en los hombres que acostumbran a pasar sus manos sobre el, quizás por algún tic nervioso, era la fotografía de un matorral color ceniza batido por el viento. Se apoyó en los pasamanos, y con la destreza de un gimnasta sobre el potro, levantó su cuerpo de la silla de ruedas y lo dejó caer a los márgenes de una acera contaminada de huellas. Contaminada de olvido.

Procuró dejar la silla a un lado del teléfono público. Se tendió, emulando las poses de aquellas sirenas de las viejas películas, acariciadas por las olas y la música fresca, mientras a lo lejos se dejan oír las graves voces de los caracoles. Claro que para Héctor la ciudad ha preparado vallenatos, como parte de la banda sonora de su historia, y en vez de caracoles, las cornetas afónicas, y los diáfanos insultos de los apresurados.

Yo, estoy detenido a pocos años de él. A pocos pasos. Veo sus ojos de glúteos femeninos; ojos que se posan en cada fragancia de hembra, antes de que sus manos se rindan ante la magnificencia de los cuerpos apetecibles. Cuerpos gloriosos de una mañana suicida.

Alguien le tira una moneda y lo saluda, él responde con onomatopéyico gesto, mientras escucha el metálico sonido de las pequeñas montañas de monedas que se van formando en la caja. Lo observo mirar sus piernas casi ausentes. Piernas que debieron ser fuertes para poder enfrentar a Aquiles. Para corresponder al honor de ser, corresponder al linaje en acto heroico y desenfadado a los predios de la muerte meritoria de un aguerrido príncipe.

Lo veo tan cerca que al mismo tiempo puedo verme de frente a él dejando caer una moneda sobre la caja acumuladora de saludos. Me veo en cada rostro sin nombre que lo circunda, en cada risa envenenada, en los ojos que lo fusilan. Me veo en el cigarro que fuma sin pausa, como tratando de huir en el humo blanquecino que se eleva hasta la nariz de hombre que alquila celulares.

Sacude su cabeza con la boca entreabierta, dejando que la lengua tome un respiro, que pueda asomarse y ver lo que hay más allá de los bloques amarillentos que rodean su frontera. Un mundo, que a pesar de su indiferencia, es su mundo. Las calles desprendidas de la montaña en vertical descenso. La gran hilera de vehículos gruñendo con los peatones, con los otros gruñones, con la vida. La infinita cantidad de zapatos andantes; zapatos pulidos, gastados, lejanos. Un mundo de piernas, de glúteos y quien sabe que más.


Héctor me mira. Sabe que yo lo miro. Me saluda y me emociona pensar que sonríe conmigo. Me ha descubierto observándolo y aprovecha la ocasión. Me hace una seña, frotando el pulgar con los dedos índice y medio de su mano derecha, pero de inmediato unas esbeltas y lampiñas piernas secuestran sus ojos furtivos. Quizás las piernas mas hermosas del día, pues de inmediato el universo se resumió en ellas.

Allí, en medio de la ciudad que grita, él tiene tiempo para amar a la mujer perfecta. Esa que está fragmentada y esparcida en todas. La banalidad de la estética helénica no tiene cabida en el corazón de un hombre que no sabe de prejuicios. Da igual un cuerpo a lo Venus de milo que a las gordas de Botero. La mujer perfecta no sabe de tallas.

Allí, ante los ojos boquiabiertos, Héctor tiene para amarse sin pudor. Piensa en las piernas que lo rodearon y juega con su cuerpo. Debajo del roto blue jean, acondicionado para sus piernas, diminutas y flacas como el tiempo, la sangre fluye con veloces bombeos levantando el único miembro vivo de la cintura para abajo. Se acaricia. Se recrea y disfruta en un mundo paralelo de los placeres negados por la desgracia de un parto mal concebido. Cuántas mujeres caben en un solo cuerpo; cuerpo de rompecabezas excitante.

La ciudad no cesa, y yo debo continuar en el círculo raudo que me constriñe y reclama afronte mi camino. Héctor ha dejado la acera embriagada de autorretratos pastosos, viscosos seres que pudieron tener nombre y oficio en un futuro negado a recibirlos. Mientras tanto, dejo caer una moneda y espero que sus ojos vuelvan al lugar habitual, dos cuencas desorientadas por el éxtasis. Espero su saludo para verme en los ojos del troyano. Los ojos aguerridos que encontraron a la mujer perfecta.

De tres por dos

Etílicas pieles bañadas en espuma
al borde del altar más soez de los dioses.
Serenata inconclusa de cuerpos mortíferos,
estridente solo de sudores y besos
en un paraíso de tres por dos
en un paraíso arrinconado
entre cuadriculadas montañas

Sumados los vapores
concluyo irremediablemente
en la totalidad
después de haber calculado
las livianas pieles del sofá
sumergidas en amarillentas espumas
estimulantes
espumas de un equinoccio postergado
para el encuentro fortuito
de quienes planifican la casualidad

lánguido amanecer
amanecer de lluvia
de piernas
de huidas
de apresurados labios
antes de que la boca que se tragó tu blusa
devorara los últimos destellos de discreción

martes, marzo 03, 2009

Dos letras

Me permito soñar en las calidas
nieves de tu espalda ávida de socorros
me atrevo a navegar en el puerto abultado
ese que reclama mi llegada en el vaivén de la noche

Me permito soñar en el vientre casi madre
en el río poblado de árboles dulces
en la piedra del medio
en el faro

Me permito soñar en la sirena
que canta su melodía bitonal
en la árida garganta y la voz marchita
en el índice bebido
en el acelerado reloj
y el maldito celular inoportuno

Sueño con baños amantes
con pasos delatores que no me intimidan
con rodillas rojas
y diez surcos que atraviesan mi espalda

Me despierto convulsionando a sorbos
con ese viscoso aroma en mi boca quejumbrosa
con los ojos extraviados
y el corazón cual traidor iracundo
frenando en cada centímetro cúbico de aroma

Me despierto con tu sabor a pizca
balbuceando tu nombre de dos letras
me hago conciente de tu espesura
y me permito soñar

jueves, febrero 19, 2009

Dispara a quemarropa

La soledad toma su rifle
lo mete en mi boca
se ríe

Bolsas de futuro llenas de nada
nada que se multiplica en mis ojos
noche larga
silencio tenue


Dispara la única bala
soledad de mierda
dispara a quemarropa
intento inútil de afecto

No temo a las sombras
no temo al aullido blasfemo
de tu caricias heridas de antojos
no huyo de ti
ni de las saetas lanzadas a mitad de la noche
en el país vacío que he construido con tela
no me defiendo de la risa que me mira
de la risa que manosea la mía y se larga en llanto
no busco el amparo provisorio
la puerta de salida
ante la ruda ausencia del abandono

tira del gatillo
no te acobardes por mis ojos de lechuza
Suelta tu unigénito plomo
que la noche se extiende
incrédula y obstinada

Si no has de disparar esta noche
toma tu abrigo
no te despidas
no quiero procurarte noble
y perseguirte en mitad de la nada

jueves, febrero 12, 2009

Gaza

para los que aun tienen memoria


La bala genocida siempre será culpable sin importar el fusil que la dispare. Soldado, metralla, voz de diana. La ausencia de los ojos nobles del que antes fuera abatido. Sangre, dolor, Fragmentos de vidas. El precio de Ismael.

Llora Abraham sus muertos, mientras ríen los que antes padecieron. Desmemoria, altivez, crueldad. La causa injusta de los hijos de David.

Una pierna, media pared, otra bomba. Las manos se elevan sin respuesta en la espera de misericordia. Buen momento para perder la fe. Los inválidos ojos del mundo orbitan en sus cuencas vacías, al tiempo que los cuerpos invadidos se van en las orugas del aniquilador.

Esta calle no tiene nombre

Este árbol mula nunca supo como llamar sus frutos. Esta urbe, huérfana de hijos, mira a los de allá transitar absortos en los espejos de mano.

Un artista confundido. Una mujer sin marido. Un hombre descalzo, sucio, olvidado. Un pedazo de piel en cada esquina. Madrugada soleada del mes de mayo. Maldita ausencia de sentido común o comunismo.

Uno, dos, tres, no vi al niño detrás de la pelota. Mancha de sangre en la calle.

Uno, dos, tres, No hacen falta gallos para anochecer.

Uno, dos, tres, gallinas tendidas en el árbol.

Uno, dos, tres, apoya el fusil contra la hoja porque esta calle no tiene nombre

martes, febrero 10, 2009

Yo conocí a Superman


Yo conocí a Superman en el Táchira, envuelto en su traje azul y con los zapatos del Chavo. El sol de Metrópolis le tostó la piel. Bigotes de niño, sonrisa pronta, inocencia.
Los ojos burlones no comprendieron al héroe. Superpoderes gastados, capa desteñida, afro. Inútil esfuerzo por despegar del suelo. Destinos extranjeros tomaron sus fotos en la fuga que nos brindan los desconocidos, los almados. Los que sin traje azul también desean despegar de la tierra.

Yo conocí a Superman entre poetas. Peones, alfiles, caballos. Combate permanente entre las sombras de la plaza de Simón. Letras del ALBA, respeto, compasión. Sus ojos delataban la ausencia de los años. La pereza colgada del árbol, las ardillas fugitivas, los mendigos. Todos cómplices y testigos de las aventuras del joven Clark, ahora escondido en nuevo cuerpo para evadir las amenazas de Luthor. Maldito villano, multiplicado en millares que miran con desden la dignidad de un héroe que huye del frío y se cubre en la casa de cartón que le prestó un amigo.

Héctor


para Héctor “el mocho”

Me descubro en la acera del frente recordando a la profesora de física, y comprendo el verdadero sentido de la gravedad. Te descubro en esta acera sonriéndole a malabarista del mástil tricolor; pensando quizás en la naturalidad de la vida.

Un cigarro, una seña, una moneda. El gesto preciso para llenar la caja. Una silla de ruedas minusválida, unos ojos perdidos, una erección. En tus manos han posado todas; las has poseído a todas sin prejuicios. No desdeñaste la celulitis, ni te desanimó la flacidez del abandono. Todo el universo cabe en una mano. Una queja una risa, un bramido.